En el Complejo Deportivo de Puruchuco, me recibió el señor de seguridad con su uniforme que lo caracterizaba un pantalón y chompa marrón, zapatos negros y el cuello de camisa un poco amarillenta que sobresalía por encima de la chompa que llevaba.
- Aquí está jugando Deportivo Municipal con la San Martín – le dije, al señor que tenía la puerta media abierta, y escuchaba a lo lejos el ¡Vamos Municipal!
- Si aquí es ¿es usted familiar de algún jugador? – dijo el señor,
- Estudio periodismo deportivo - le digo, sacando mi carnet de estudiante, y el señor estirando su brazo abre más la puerta y me deja entrar.
A lo lejos vi el campo deportivo, marcado por un conjunto de arbustos en tres de sus lados. En el cual estaban jugando los chicos del Deportivo Municipal y de la Universidad San Martín, por la fecha número 12 de la Copa Federación Oro.
Me acerqué al campo, para apreciar mejor las jugadas, y sé escucha el "vamos muni", hacia mi lado izquierdo, aprecié las dos zonas de barra del partido donde se encontraban la hinchada del Municipal y de la San Martín. El "vamos muni" lo gritaba una mamá, con su voz aguda, para que los chicos que jugaban en el campo sintieran el apoyo.
Se estaba jugando el segundo tiempo de la categoría 2003, Municipal ganaba por 1 - 0. El partido sé pintaba de rojo y blanco, cuando el árbitro cobra una falta a favor de Municipal. Por esta falta, el árbitro saca la segunda tarjeta amarilla al jugador “Santo”. La hinchada de la USMP gritaba al árbitro que no había sido falta, que no sea ciego.
- Azmir, el número 3 de la USMP, le reclamaba efusivamente al árbitro que se rectifique que no era falta.
- ¡Señor aléjese! que ya cobré la falta, o le saco tarjeta amarilla – le decía el árbitro frunciendo el ceño, y hablando fuerte y claro.
El número 7 expulsado de la San Martín se fue con la cabeza abajo, molesto, arrastrando los pies, y salió por un espacio que había entre los arbustos, rápidamente desaparecía del campo. El partido se reanudó con el tiro libre, que se fue desviado por encima del arco de la portería de la 'USMP', el equipo ‘santo’ no se desanimaría por la expulsión y siguió manteniendo la misma intensidad del encuentro, para alcanzar el empate.
Azmir, que era central, tenía un duelo aparte con el 10 de Municipal, que entre los dos se desafiaban. En una de esas, que van a disputar una pelota dividida, donde el jugador ‘santo’ sale airoso con el balón y le pone cabe al de Municipal para que no se recupere rápidamente. El 10 de Municipal le reclama fuerte, mentándole la madre, a la cual Azmir responde de la misma manera. Debido al enfrentamiento, el árbitro les advierte que se calmen de lo contrario serán amonestados.
Transcurría el tiempo y el equipo ‘santo’ se había apoderado del balón. Los jugadores ‘santos’ se veían con un mejor desempeño físico a pesar de sólo contar con 10. Mientras que el equipo edil no se daba cuenta que tenía un jugador más, lo cual debía aprovechar. Falta a favor del equipo ‘albo’, que puede encontrar el empate.
Azmir, que era protagonista de este encuentro, iría a buscar el centro. Se cobra el tiro libre y el central “Santo” se eleva y conecta de cabeza con dirección al palo izquierdo del arco. Gol “Santo”, que con diez empata al equipo “Edil”. La barra “Santa” festeja y la hinchada “Edil” mostraba su fastidio y le gritaba al árbitro ¡estás ciego!, ¡eso no era falta!
- Para ti viejo - dice Azmir, que corre con una pequeña sonrisa hacia donde estaba su papá, y le da un abrazo.
El juego se reanudó, y la hincha municipal no dejo de apoyar a sus jóvenes valores gritando “ Vamos Muni, Vamos Muni”, “ Hecha Muni, Hecha Muni ”
La Hinchada Municipal se impacientaba con el juego porque veía que su equipo no podía superar a los “Santos” teniendo un jugador más en la cancha.
Por otra parte, las categorías 2002, salían de los camerinos ya cambiados con su short, medias, zapatillas y con la casaca de cada institución que lo representa. Cada equipo se dirigía, hacia su lado correspondiente de sus bancos para realizar el calentamiento respectivo.
En el campo “Los Santos”, con el gol se animaron más, y encontrarían el segundo gol producto de una falta. Y una vez más Azmir subiría a buscar el centro. El gol lo encontraría Azmir, tras el centro ejecutado, los ediles no pudieron rechazar fuerte, la pelota caería al central “Santo” quien con un potente remate de derecha vencería al portero del Deportivo Municipal.
- Gollllllllll – gritaba Azmir mientras lo celebraba con sus compañeros del campo. Por otro lado, los “Ediles” bajaban la cabeza, se reclamaban entre ellos.
- ¡San Martín, San Martín, San Martín! – gritaba la hinchada “Santa” efusivamente y aplaudiendo fuertemente.
- ¡Vamos Muni, Vamos Muni! – gritaba la hinchada “Edil”
El partido ya se iba terminando. Los “Santos” siguen atacando y tras construir una jugada por el lado derecho, un defensa “Edil” buscaba con desesperación recuperar el balón y en su intensión entro fuerte al volante santo. El árbitro no dudo en sacarle la tarjeta roja, el jugador de la franja la aceptó y se fue con la cabeza abajo entre los arbustos.
El juego continuaría, y el cuadro “Santo” tendría la posibilidad de ampliar el marcador. Pero sus remates pasarían desviados lejos del arco.
- ¡Vamos Joshep, ¡Vamos Dany, Vamos Mondra! - la hinchada del “Muni” gritaba los nombres de sus jugadores para que se movieran y le pusieran ganas para buscar el empate.
- ¡Vamos Hijo! – también gritarían los papás y mamás del “Muni”.
Pero el aliento de la hinchada “Edil” no alcanzaría para que la categoría 2003 “Edil” remontará el partido frente a los “Santos”. El árbitro haría sonar su silbato, los ediles agacharían su cabeza en señal de derrota. Mientras los “Santos” gritarían ¡bien ganamos¡.
Se retirarían ambos equipos para sus bancas y darle paso a la categoría 2002. Los jugadores “Ediles” de la categoría 2003 estrechaban su brazo a los de la 2002 que entraban al campo, para disputar su encuentro con los “Santos”.
Mientras que la categoría 2003 de la Universidad San Martín de Porres se retiraban por las tribunas, eran aplaudidos por la hinchada “Santa”, y la mamá de un jugador “Edil” también felicitaba a los jugadores albos por haber mejorado en su juego.
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